Atmósfera II, una colección cápsula de Natalia Londoño

Por Ana, Más que 1000 Palabras,

2009 fue el año en que comenzamos cada una con su sueño: Nati con la moda, Ana con la fotografía. Las diseñadoras tenemos un super poder y es precisamente hacer los sueños realidad. Nada puede pararnos porque las ideas nos desbordan y nos le medimos a todo. Y así empezamos a escribir dos historias paralelas, siempre juntas, cuando nadie nos conocía, cuando éramos solo unas niñas recién salidas de la universidad con algo en común: la determinación.

Nati era la diseñadora de moda de su marca, habiendo estudiado ingeniería de diseño de producto, Ana la fotógrafa, habiendo estudiado ingeniería de diseño de producto. Ambas fuimos las que hicimos el branding, las piezas gráficas, los sitios web, el diseño de empaques y todo lo del negocio de cada una, Nati era incluso la modelo de su marca y yo su primera fotógrafa cuando jamás había hecho unas fotos de moda y ella apenas lanzaba su primera colección.

Y después de 11 años aquí estamos, habiendo escrito en nuestra historia varios logros como emprendedoras, como soñadoras, como amigas; aquí estamos, podría decir “con nuestros sueños cumplidos” pero prefiero decir “con nuestros sueños en camino”. Porque no hemos llegado a ninguna meta, hemos sabido disfrutar nuestra travesía como un reto, como una motivación para seguir lo que un día comenzamos sin pensar siquiera en que podía haber obstáculos que por supuesto ha habido.

Y aquí estamos después de algunos estudios más, varios viajes, de haber estado juntas en pasarelas, haber ganado premios, nominaciones y publicaciones en revistas. Aquí seguimos apoyándonos la una a la otra en los buenos momentos y en esos otros que parecen no ser tan buenos, como esta cuarentena que podría ser el obstáculo más grande que estemos pasando.

Pero seguimos firmes y orgullosas de compartirles una de las últimas cápsulas que hicimos antes de que todo esto pasara, ella con las prendas, yo con las fotos. “Atmósfera II” una colección que nos invita a conectarnos con nuestra esencia, con nuestra raíz y con nuestro interior. Como si Nati hubiera sabido que este tiempo tan extraño en el mundo era precisamente para dedicarnos a nosotros mismos, volvernos a conectar, recargarnos con el aire puro de nuestra atmósfera y seguir nuestro viaje con más fuerza y con más determinación incluso que la que comenzamos.